jueves, 14 de mayo de 2009

Teoría de la reproducción

Esta teoría es un poco diferente de las que entraré a mencionar posteriormente, ya que a diferencia de mostrar la forma en que sus autores imaginan como debería ser la educación esta la cuestionan seriamente en base a lo que observa.

Pierre Bordieu y Jean-Claude Passeron postulan que la educación, tal como funciona, no transmite la cultura de toda la sociedad a los educandos, sino que su labor es reproducir subcultura de las clases sociales, es decir, en colegio pobre se enseñará disimuladamente la mentalidad del pobre, mientras que en uno de estrato social alto se impulsará a seguir la ideología de la gente rica y una suerte de discriminación y menoscavación sobre las clases "inferiores".

Resulta bastante interesante esta crítica que se hace a la sociedad y a la escuela como institución en esta teoría, así como los medios que expresa que son utilizados para el logro de la reproducción de los estratos sociales. Llama la atención el concepto de "violencia simbólica", bastante utilizado por los autores, que se define como la imposición disimulada de significados y simbolismos haciéndoles parecer legítimos. En este sentido, la violencia simbólica es utilizada como herramienta principal para reproducir clases sociales, pues a aquellas clases sociales más bajas se les impone indirectamente que siemre serán así, se les hace creer que nunca podrán superar realmente su situación, que sólo serán simples trabajadores. En la misma escuela se les margina, ya sea por sus calificaciones o sus origenes, o simplemente no se hace suficiente hincapié en la posibilidad de superarse y ser algo más si realmente se desea. En las escuelas correspondientas a estratos sociales altos, en cambio, se les enseña desde muy niños otra perspectiva de vida, la del rico, la del que desea tener a otros bajo su cargo y ganar grandes sumas, se les enseña a vivir en ese mundo distinto que les caracteriza. En ambos casos, la violencia simbólica se presenta haciendo parecer esas formas de ver la vida como lo correcto, como lo que es, sin posibilidad de mirar la vida desde otra perspectiva, lo que por supuesto, beneficia a aquellos de estrato social más alto y perjudica a aquellos de menores ingresos al condicionarlos, sin que ellos se den cuenta, a repetir el ciclo.

Otra forma en la que se reproducen las clases sociales mediante la educación, expone Bordieu, es mediante el vocabulario enseñado en las escuelas, de esta forma, el de colegio público no aprende el vocabulario que necesitará en la universidad y esa carencia de manejo de conceptos le impide en el futuro, a aquellos que deciden romper el esquema, rendir tanto como sus capacidades permiten. Como contraste tenemos a aquellos que son educados en instituciones particulares, en las que se les enseña el vocabulario y los conceptos que van a necesitar en la universidad, de este modo, la adaptación a ese nuevo ambiente, a esa nueva e importante etapa de sus vidas, les será mucho más fácil que a sus pares con una educación común.

Por último, aparece un cuestionamiento moral al que me había referido en un artículo anterior, relacionándose con un tema ya mencionado, la teoría plantea que todo acto pedagógico es una violencia simbólica, pues consciente o inconscientemente, todo profesor debe influenciar de alguna manera el pensamiento de sus alumnos, alterando su forma de pensar de una u otra manera. A menudo, debido a las obligaciones que el profesor presenta con la institución para la cuál trabaja, éste debe moldear la personalidad de acuerdo a los márgenes sociales preestablecidos y considerados legítimos, surgiendo la cuestión ética sobre de qué forma es correcto influenciar al educando, sobre que clase de ideas se le impongan, a menudo sin que el siquiera se de cuenta. La pregunta que todo pedagogo debería hacerse: ¿Cómo influencio a mis estudiantes de tal manera que desarrollen su pensamiento y, sin embargo, sin imponerles mi forma de pensar o la de la institución a la que pertenezco?

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