viernes, 29 de mayo de 2009

COMENTARIOS BASADOS EN EL LIBRO “LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO” (POR EDGAR MORIN)

Sobre el error y la ilusión:

El error y la ilusión aparecen recurrentemente como obstaculos para el conocimiento cada vez que se mira al pasado en la historia humana, hubo quienes les mencionaron como un gran obstáculo para la sociedad y, sin embargo, también cayeron en sus redes. La intención de esta primera parte del artículo es mencionar algunas de estas ilusiones y errores que impiden llegar al auténtico conocimiento y como esta situación afecta la educación.

Existen diversas fuentes que generan ilusiones y errores en la mente humana, impidiendo al hombre la búsqueda de nuevas ideas y estorbando su aprendizaje. Tenemos por ejemplo, lo que el libro menciona como error de percepción, consistente en la traducción erradas de los conocimientos en los que se está instruyendo, esto debido a que estos son recibidos a través de nuestros diversos sentidos, a veces condicionados a recibir lo que educando espera, interpretando erradamente la información. También existen los errores mentales, en que la mente se engaña a sí misma, esto debido a que cada quien crea su propio mundo interno en su mente su subjetividad, lo que tergiversa el conocimiento a gusto, sobre todo si este ya ha sido recibido erroneamente como ocurre en el caso anterior. Los errores intelectuales consisten, por su lado, en que cada estructura de pensamientos, cada dogma, cada teoría, cada forma de ver la vida siempre rechazará aquellos pensamientos que sean un peligro para su estabilidad, aquellas ideas que se le opongan, rechazando de plano la posibilidad de renovar el pensamiento ya estancado en esa estructura de pensamiento; así, el científico podría, por ejemplo, rechazar un hecho, una evidencia irrefutable, cuando ésta signifique el derrumbe de su propia teoría. Por último, existen los errores de la razón; en este sentido, la razón es una herramienta fundamental para evitar el error, para seguir indagando en el conocimiento, debiendo generarse una racionalidad, una forma de pensar autocrítica, dispuesta a acoger nuevos pensamientos y cuestionamientos; esta cae en error cuando pasa a ser racionalidad, la que se diferencia de la anterior al viciarse dentro de su propia lógica, pareciéndole ésta tan perfecta que toda idea ajena parece ilógica desde su perspectiva; caso que suele darse en aquella gente obstinada, que llega a sentirse dueña de la verdad y que rechaza de plano toda forma de pensar opuesta a la suya.

Otro aspecto a considerar como fuente de error e ilusión son las cegueras paradigmáticas. Todo paradigma o forma de ver la vida, poseerá un conjunto de ideas que le son aceptables y otro de las que no lo son. El paradigma se impone a todo individuo desde el día de su nacimiento, generando en él la aceptación de ciertas ideas y el rechazo de otras; a este proceso Konrad Lorentz le denominó “imprinting” y generá en la sociedad tabúes que recharán siempre ideas opuestas a las sociales. De este modo, toda persona con ideas nuevas, que escapen del paradigma social establecido, siempre será marginada y tratada con desprecio, a menudo sin preguntarse que es lo que piensa y si esto puede ayudar de algún modo a la sociedad.

Es también destacable la concepción de la noología como otro aspecto que también estorba el aprendizaje. La noología tiene como objeto de estudio la noósfera, un concepto más bien abstracto que se refiere al espacio en que habitan nuestras ideas, aquellas que formamos en nuestro mundo interno y que desde aquel espacio se manifiestan en nuestra forma de actuar frente a la vida. Dicho espacio nació con el origen de la humanidad, la que creó dioses y mitos que determinaron su postura sobre el mundo, llegando estas ideas, nacidas desde su propio interior, a impulsarles a guerras, masacres y otros actos actos deplorables, tal fue el caso de la edad media, en que la Iglesia Católica dio un trato horrible a quienes no compartían su credo. De esta forma, la sociedad domestica a los individuos con las ideas que ellos mismos han creado, existiendo una relación reciproca entre noósfera (mundo de las ideas), sociedad e individuo. El ser humano debería pues, tratar de domesticar sus ideas y que esto no fuera al contrario, es decir, debería cuestionarlas, ponerlas a prueba constantemente con la experiencia, pues si esto no se hace, entonces las ideas toman el lugar de los hechos, impidiendo que estos sean aceptados y creando una ilusión, una realidad que se cree que existe pero que no es más que el conjunto de las ideas de los individuos.

Todos estos aspectos afectan sin duda alguna la educación, constantemente víctima de todos estos errores e ilusiones, generando una imposición de ideas en los educandos, obligándoles a repetir el ciclo social de cada individuo. Pienso que la educación del futuro tiene muchos cambios que hacer en cuanto a la forma en que entrega los conocimientos, puesto que al alumno que pregunta por qué practicamente se le da un porque sí sin lugar a preguntas. La educación del mañana debe ser abierta a los nuevos pensamientos, incluso los que provengan de sus propios estudiantes, evitando caer en la soberbia que causan todos los factores mencionados. Mi experiencia dice que la educación chilena no es así, porque siempre se está obligando a seguir a forma de ver la vida, al estudiante diferente se le margina, al que no sigue la tendencia religiosa generalizada de cada colegio se le obliga a hacerlo y al que cuestiona en busca de respuestas se le tacha de rebelde y antisocial. Todo porque la gente que participa de este sistema educacional se siente dueña de la verdad y no está dispuesta a cambiar lo que estableció hace años. No puede haber búsqueda de conocimiento mientras se siga vedando el acceso a este en las mismas instituciones educacionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario