viernes, 22 de mayo de 2009

Tensiones a Superar

Este breve artículo será como una continuación del anterior, en él, retomando las consecuencias de los fenómenos que mencionaba tan comunes en nuestro siglo, mencionaré los conflictos propios de esta nueva era, las tensiones que la educación tiene como misión plantearse y superar. Entre algunas tensiones, podemos encontrar las siguientes:

-Tensión entre lo local y lo mundial: Este aspecto en particular se refiere al efecto que la globalización a producido. En este sentido, muchas culturas estan siendo arrastradas por otras de mayor influencia en el mundo. Esta influencia de otras culturas genera la gran problemática en la educación: ¿Cómo logramos que nuestros educandos se integren cómo ciudadanos del mundo sin que pierdan su esencia, la identidad propia de su pueblo? Es común en nuestros días ver como, por ejemplo, en diversos países se pierde la forma de vestir tradicional y las vestimentas típicas empiezan a ser la de otros países exportadores. Ahora mismo, todos conectados, el desafío es difícil, pues es fácil dejarse llevar por la ola de las nuevas tecnologías y olvidar el legado cultural que las generaciones anteriores nos han dejado.

-Tensión entre tradición y modernidad: este aspecto está sumamente relacionado con el anterior,esto es, el conflicto de cada sociedad entre seguir con sus viejas creencias intactas o adaptarse, en ocasiones olvidándose a sí misma, a este mundo tan dinámico y constante.

-Tensión entre el corto y el largo plazo: es uno de los grandes conflictos de nuestra época. Este mundo dinámico y rápido exige respuestas con las mismas características, lo que puede tener como grave consecuencia el olvido de lo trascendetal, de la posibildad de lograr algo más duradero, así como una visión demasiado superficial e impaciente sobre los problemas. En este aspecto debo destacar a la LGE como un claro ejemplo de esta situación: el artículo 46, como respuesta a la escacez de profesionales en el área de la educación, permite ejercer la pedagogía en instituciones de educación secundaria a cualquier profesional que posea un título de 8 semestres o más en un área "afín" a la que pretenda enseñar. A mi parecer esta es un solución con una mirada a muy corto plazo, cuyo resultado inmediato será suplir aquella necesidad de profesionales, pero que al largo plazo, el que realmente importa, causará el alejamiento de los mejores de la pedagogía. Claro está que si se margina así una profesión, permitiendo a gente que incluso tiene menos estudios que el profesional mismo realizarla, el resultado final será alejar a los mejores de la pedagogía y, por lo tanto, empeorar la educación chilena. Calificaría en este sentido al gobierno, como de visión corta, pues no está mirando más a fondo las consecuencias de sus decisiones, pues pienso que lo que aquí hace falta realmente, son políticas pensadas a plazos mayores, que eleven la pedagogía y a la larga, atraigan a la elite de los estudiantes a estudiarla.

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