viernes, 15 de mayo de 2009

Teoría de la Educación como Disciplina cintífica

Esta teoría fue formulada por Marc Belth, es la menos aplicada en nuestro país (esta sólo se da con profesores realmente hábiles e interesados en sus alumnos, realidad que no es siempre la existente) y, sin embargo, pienso yo que es la que debería guíar el enfoque educativo. Belth propone por sobre todas las cosas al ser humano como ser pensante y centro de la educación, postula que el ser humano aprende de su entorno generando teorías o modelos de pensamiento, al irse desarrollando cada antiguo conocimiento es relacionado con los nuevos para así crear nuevas teorías, llegando a ser éstas el centro del pensamiento humano.

Postula Belth que en la escuela no debe producirse una especie de mecanización, de adoctrinamiento (cosa que puede observarse frecuentemente en la educación chilena), si no que lo que corresponde es enseñar a pensar al educando, buscando que relacione conceptos e ideas para crear su propia concepción de la realidad. Es decir, no hay que hacer al estudiante memorizar los sistemas de conocimientos, este distinguir cómo funcionan y que pensamientos llevaron a ese postulado, de este modo, ante cualquier eventual cambio en los conocimientos (lo que es frecuente en esta era digital que estamos viviendo), el alumno sabrá analisar y adaptarse, en lugar de quedar de brazos cruzados frente a una situación que memorizó, para la que fue adoctrinado.

Esta teoría se diferencia mucho de las otras al tener al ser humano como centro de su actividad en lugar de intereses sociales y económicos, enseñándole a ser más que un simple eslavón de la sociedad, desarrollándolo, enseñando a buscar respuestas, a cuestionarse cosas, a pensar y analisar, a buscar la forma de mejorar los problemas sociales, a no quedarse con lo impuesto, a no ser conformista. Estamos hablando entonces de entrenar las facultades perceptivas del hombre, permitiéndole mirar mucho más a fondo y buscar sus propias conclusiones. Creo que todo ser humano tiene un derecho inalienable a ser educado de esta a manera, para llegar a comprenderse a sí mismo y a quienes lo rodean, para encontrar su lugar, su vocación y con ello, la forma de romper creativamente los esquemas ya establecidos y que a menudo no son los mejores. Creo que si no se respeta ese derecho ocurre lo que vemos en Chile, un pueblo donde los aristócratas siguen aprovechándose de las otras clases, en lo que llamo una "dictadura disfrazada de democracia", además se fomenta la reproducción disimulada de clases, al imponerse disimuladamente, tal como explicaba Bordieu, la arbitrariedad cultural de estas clases sociales y por último, se produciría estancamiento social, al no existir el dinamismo de ideas que debería caracterizar a toda sociedad (y que en este país, de política envejecida ya no es observada). De ahí que la educación no pueda ser relegada a segundo plano, pues su buena implementación generaría un pueblo más pensador, más crítico y con ello, la posibilidad de cambio.

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